Deseando Amar. Film de Wong Kar-Wai (2000).

 

Si crees que tu vida sexual, en pareja o en solitario, es menos gratificante de lo que debiera o piensas que te gustaría introducir cambios para enriquecerla, quizás te interese continuar leyendo.

Son varios los factores a tener en cuenta para poder disfrutar de una satisfactoria vida sexual.

En primer lugar, no olvides que una buena relación sexual comienza cuando todavía llevas la ropa puesta. 

El deseo sexual y la complicidad en la pareja dependen no sólo de la atmósfera que reine en el dormitorio, sino del clima preexistente a lo largo de la semana fuera de la cama. Cuando se habla del hecho de «crear ambiente» no se hace referencia a poner música romántica y encender un par o cientos de velas, sino  a la calidad de esa intimidad física y psíquica existente en las relaciones de convivencia. 

Comprenderse, apoyarse, ser solidario
con tu pareja enriquece tu vida sexual.
Foto de Robert Doisneau.

El afecto, expresado en palabras o en gestos, la comunicación, la confianza, la libertad, el respeto, la comprensión, la empatía, la solidaridad, son factores muy importantes a la hora de favorecer la presencia de ese deseo sexual. 

No hay expertos, ni adivinos en el arte de amar

La autoexploraciónel conocimiento de uno mismo, descubrir las zonas más sensibles de tu piel mejorará tus encuentros amorosos. Dedicar un tiempo a pensar en ti mismo como un ser sexual es mejor que caer en concebir la sexualidad como un hecho aislado que surge en tu cuerpo o en tu mente con una determinada frecuencia. La sexualidad forma parte de nosotros, somos seres sexuales. 

Conocerse y confiar en uno mismo son factores clave para poder disfrutar de los encuentros sexuales. Al sentirte atractiva o atractivo, que gustas y eres capaz de seducir y generar en los demás el deseo de estar junto a ti, descubrirás nuevos sentimientos y sensaciones de los que, hasta ese momento, no habías podido gozar. Es importante que te imagines así, que disfrutes realmente de ti, de esa bella autoimagen que guardas en tu interior y que los demás perciben desde el exterior. Desarrolla tu imaginación erótica y potencia tus fantasías y deseos. Leer cómics, relatos o novelas eróticas, ver fotografías o películas que contengan imágenes voluptuosas es, en nuestra sociedad, algo muy común entre los hombres, y que hay que favorecer  y normalizar entre las mujeres.

Descubre tus zonas erógenas. Foto de Christofer Tovo.

Sentirnos atractivos, sentir que provocamos el deseo en los demás, es algo vital y depende sólo de nosotros, es un trabajo individual e íntimo. 

Cada persona es responsable de su goce sexual y sensual. Estos juegos en solitario facilitan la comunicación con tu pareja. Hay que hablar sobre el erotismo, sobre la sexualidad, sobre aquello que nos gusta o nos disgusta, sacar a la luz nuestras fantasías eróticas, que son uno de los mejores afrodisíacos que se conocen. 

Fantasía. Escena de Belle de Jour. Film de Luis Buñuel (1967).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Importante también y por todos conocido el hecho de que tenemos que evitar caer en la rutina, jugando con la imaginación, desarrollando las fantasías, introduciendo alguna novedad, saliendo del dormitorio, de la casa, leyendo relatos voluptuosos, introduciendo el uso de juguetes eróticos.Todo ello favorecerá el aumento del placer y el sentimiento de plenitud en las relaciones sexuales.

Escuchar a tu pareja, sus quejas, sus  dificultades o problemas dentro y fuera de la cama harán de  ti un compañero especial.

Las fantasías, el pensar en tí como ser sexual,
atractivo para los demás, potencia tu deseo.
Fotografía de Mario Sorrenti.

Si surgen problemas sexuales que no puedes solucionar, no dudes en consultar con un psicólogo, pues un abordaje terapeútico precoz proporcionará una solución  mucho más sencilla y rápida y no creará secuelas en tu vida sexual,  en la relación de pareja,  en tu autoestima  o seguridad personal. Son muchas las personas que piensan que el problema se solucionará solo, o con el paso del tiempo. El sentimiento de orgullo o vergüenza les impide solicitar ayuda. Adoptan una actitud pasiva que exaspera a su pareja, que, muy posiblemente, en un principio, le comprendía, le consolaba o incluso intentaba minimizar la presencia de esta dificultad. Sin embargo, con el transcurrir de los meses y los años, cuando esta persona se da cuenta de que su compañero no va a poner remedio a lo que a ambos preocupa y entorpece la armonía de la relación, se desilusiona, sufre una gran decepción, pues interpreta esta falta de iniciativa como una muestra de ausencia de interés en mejorar sus contactos amorosos.

Por ello, si te quieres, amas a tu pareja, y te encuentras ante dificultades en tu vida sexual, consulta con tu psicólogo, no lo dejes pasar.

Mª Nieves Martínez Hidalgo

Psicóloga Clínica / Psicoterapeuta Acreditada – https://nievesmhidalgo.com

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