Mª Nieves Martínez Hidalgo, Doctora en Psicología, Psicóloga clínica, Directora de Fundación SOYCOMOTU®
Cada 7 de abril, se celebra el Día Mundial de la Salud con el objetivo de concienciar sobre la enfermedad y promocionar hábitos saludables. Desde Fundación SOYCOMOTU, se reivindica la salud mental como componente esencial de la salud, y la atención y promoción de la salud mental como una necesidad prioritaria dentro de los planes de salud pública, ya que sin salud mental no hay salud, como reza el título del artículo.
En este día mundial, la OMS celebrará su 75º aniversario con el lema “Salud para todos”, brindándonos la oportunidad de rememorar los avances de la sanidad pública que han conseguido mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Además, según esta misma organización, es una oportunidad de motivar la acción para hacer frente a los retos sanitarios que tenemos en la actualidad.
A día de hoy, nos enfrentamos a un nuevo reto, a una nueva pandemia, la de los problemas de salud mental que suponen el 40% de las enfermedades crónicas y una de las principales causas de discapacidad. Según la OMS, 1 de cada 4 personas presenta este tipo de diversidad mental o la presentará a lo largo de su vida. La Esquizofrenia, los Trastornos de Personalidad como el TLP, la Condición del Espectro del Autismo (TEA), son un desafío tanto para los propios profesionales de la salud, como para familiares, educadores y ciudadanía en general, ya que todavía existen grandes lagunas en el conocimiento de estas diversidades y neurodiversidades, respecto a su prevención, abordaje terapeútico, farmacológico, familiar e inclusión escolar, social y laboral, entre otros aspectos. Es urgente realizar campañas de sensibilización, información y formación dirigidas a la ciudadanía y a profesionales de la educación y de la salud y, por tanto, exigir a las administraciones públicas una mayor inversión económica tanto para la formación especializada como para aumentar el número de profesionales de la salud mental en centros de atención primaria y en hospitales y centros de salud mental.
Además, la prevención, detección e intervención temprana en este tipo de diversidades es algo fundamental ya que conforman una de las principales causas de suicidio y que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) recoge en su Estadística correspondiente al año 2021 y primer semestre de 2022, ha visto incrementada su tasa en un 1,6% (4.003 fallecimientos son casos de suicidio), situándose nuevamente como un grave problema de salud pública y como la principal causa de muerte externa en España.
Otro reto para tener salud es conseguir acceder a un derecho fundamental como es el trabajo. Según los últimos datos publicados por el INE, las personas con problemas de salud mental son las más afectadas por el desempleo dentro del ámbito de la discapacidad: en 2020, más del 80% de las personas con este tipo de diversidad no tenían trabajo. Uno de los factores que se encuentran en la base de esta alta tasa de desempleo es el estigma social, una barrera difícil de sortear, y que se hace más evidente a la hora de contratar a personas con autismo, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno límite de la personalidad, trastorno obsesivo compulsivo y trastorno depresivo mayor.
Algunos estudios han demostrado que las personas con problemas de salud mental que tienen trabajo, en comparación con las que no lo tienen, consiguen mejores avances en el proceso de recuperación y un mayor bienestar psicológico. En este sentido, el trabajo es un factor protector de la salud: es un medio de vida, genera sentimientos de confianza, propósito y logro y constituye una oportunidad para establecer las relaciones positivas y la inclusión en la comunidad.
Es, por tanto, imprescindible recordar en este Día Mundial de la Salud, que el acceso al mundo laboral también forma parte del proceso de recuperación y que sin un trabajo digno que reúna las características necesarias y adecuadas a cada condición de vida, tampoco hay salud.