El pasado 9 de noviembre de 2012, una adolescente que vivía con su familia en Ciudad Real y estudiaba 2ºESO, acababa con su vida a causa del acoso escolar que estaba sufriendo. El padre, dos días antes, exponía al jefe de estudios del instituto el clima de violencia que su hija vivía en el centro escolar. Sus profesores tenían constancia del elevado número de faltas de asistencia de esta alumna. ¿Por qué no se había procedido al cambio de centro? Porque para activar el protocolo de maltrato o caso de reiterado y continuo acoso entre iguales, que es lo que, a día de hoy, justifica el cambio de centro, hay que tener la «certeza» de que esa situación se mantiene en el tiempo, es decir que no se trate de un hecho aislado.
Permitir el maltrato escolar es una vergüenza y los políticos no lo atajan con la contundencia necesaria.
Ahora, el servicio de inspección de la consejería de educación de Castilla-La Mancha, estudiará el caso y determinará si hay o no responsabilidades en el ámbito educativo. Sin embargo, son muchos los padres que están viviendo una situación dramática en su familia debido a que sus hijos son objeto de acoso y violencia en el entorno escolar y no saben a quién recurrir.
Una niña de 11 años que acudió a nuestra consulta con síntomas de ansiedad, miedo, conducta retraída, mejoró en cuanto pasó del colegio de enseñanza primaria al instituto de enseñanza secundaria. Los padres que habían intentado hablar con el equipo directivo del colegio y habían sido tachados de excesivamente protectores y alarmistas, fueron escuchados en el instituto y el director y jefe de estudios actuaron en consecuencia, incluyendo a su nueva alumna en un aula en la que no estuviese ninguno de los niños que la habían estado acosando. Esta niña contaba con unos padres y una psicóloga que sabían comprenderla y darle el apoyo afectivo y psicológico que necesitaba, pero tuvo que terminar su sexto curso siendo objeto de maltrato pues no se concedió el cambio ni de aula, ni de centro, ni tampoco se llevaron a cabo otro tipo de intervenciones educativas que podrían haber mejorado la situación.
Según el informe Cisneros X, uno de cada cuatro escolares españoles sufre acoso escolar, el 23,8%. Una realidad que si no se ataja a tiempo puede llevar al menor a presentar secuelas de por vida. Araceli Oñate, directora del estudio sobre violencia y acoso escolar Cisneros X, define el maltrato escolar como una herida invisible. Los niños que padecen este maltrato pueden presentar cuadros de estrés postraumático y/o ideación suicida recurrente. Las conductas de violencia psicológica basadas en la burla y la exclusión social son las que más incrementan los niveles de ansiedad grave y el riesgo de suicidio.

¿Qué entendemos por acoso escolar? Es el maltrato deliberado y continuado que recibe un alumno por parte de otro u otros que se comportan cruelmente con él, con el objeto de someterlo, asustarlo o amenazarlo y que atenta contra su dignidad como persona. No hay que olvidar que el acoso escolar llega también a través de internet, por lo que hay que estar atentos a lo que los chicos hacen en ese medio de comunicación tan usado hoy en día.
¿Existe un perfil de alumno maltratador? El alumno que acosa a otros en el colegio o instituto suele ser un chico o chica que tiene problemas en casa y que se ensaña con otros alumnos más «débiles» como una manera de resarcirse de sus propias frustraciones.
¿Cuál es el perfil del alumno maltratado? Suelen ser niños diferentes, o bien porque son los más inteligentes de la clase, o porque sufren algún tipo de enfermedad, tienen sobrepeso, son tímidos, «frikis» o «colgados» -utilizando su propia terminología- no saben defenderse y/o tienen baja autoestima.
¿Cómo pueden los padres detectar que su hijo está siendo objeto de acoso escolar? Los niños o adolescentes objeto de acoso escolar presentan síntomas como ataques de ansiedad, insomnio, nerviosismo, suelen aislarse, no suelen comentar nada del entorno escolar en casa, se muestran tristes, con desinterés por ir al colegio, se ponen tristes si se les pregunta algo que guarda relación con el colegio. Hay niños que se quejan de dolor de barriga o de cabeza, ponen excusas para evitar asistir a clase. Otros, presentan tan alto nivel de nerviosismo e intranquilidad psicomotora que son diagnosticados erróneamente con un cuadro de Déficit de Atención. Hay niños que enferman realmente, como un niño que vino a nuestra clínica al que se le había caído todo el pelo. Estos procesos de somatización son mecanismos de defensa que utiliza su mente para evitar el sufrimiento de tener que ir a clase. Si los padres detectan alguno o varios de estos síntomas pueden sospechar que algo le puede estar ocurriendo a su hijo en el entorno educativo y será importante hablar con el tutor y los profesores del alumno por si ellos han observado algún comportamiento que pueda estar relacionado con un caso de acoso escolar y poner soluciones.
¿Cuándo suele comenzar este tipo de comportamientos? El acoso escolar suele empezar cuando los niños cursan Educación Primaria, con 8 o 9 años. Es de vital importancia, la detección precoz de este problema para evitar que queden secuelas psicológicas de por vida.
¿Cuáles son los comportamientos de Acoso Escolar más frecuentes en España? Según el informe Cisneros X: Llamar por motes, no hablarle, reirse de él cuando se equivoca, insultarle, acusarle de cosas que no ha dicho o hecho, contar mentiras acerca de él, meterse con él por su forma de ser, burlarse de su apariencia física, no dejarle jugar en el grupo, hacer gestos de burla o desprecio hacia él, chillarle o gritarle, criticarle por todo lo que hace, imitarle para burlarse, odiarle sin razón, cambiar el significado de lo que dice, pegarle collejas, puñetazos, patadas, no dejarle hablar, esconderle las cosas, ponerle en ridículo ante los demás, tenerle manía, meterse con él para hacerle llorar, decir a otros que no estén con él o que no le quieran, meterse con él por su forma de hablar, meterse con él por ser diferente, robar sus cosas.
Ojala pudiésemos evitar la aparición de este tipo de situaciones. Mientras que esto no sea posible, podemos actuar estando atentos, tanto padres como profesores, a la presencia de cualquiera de las conductas propias de violencia y acoso escolar y de síntomas o señales que nos puedan sugerir que esto puede estar sucediendo.
Es importante que los padres hablen con sus hijos acerca de este tipo de situaciones que pueden darse en el colegio hacia ellos o hacia otros niños, y que los profesores y orientadores de los centros educativos trabajen estos temas con los alumnos en sus horas de tutoría con tres objetivos: prevención, detección e intervención en casos de maltrato entre los alumnos.
Mª Nieves Martínez Hidalgo
Psicóloga Clínica / Psicoterapeuta Acreditada – https://nievesmhidalgo.com