Por Mª Nieves Martínez-Hidalgo, doctora en psicología, psicóloga especialista en psicología clínica

En 2024, la UNESCO dedica el Día Internacional de la Educación, que se celebra cada año el 24 de enero, al papel crucial que desempeñan la educación y los docentes en la lucha contra la incitación al odio, un fenómeno nocivo para nuestras sociedades cuya propagación se ha incrementado con el uso de las redes sociales.

Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, afirma: “Nuestra mejor defensa es la educación, que debe estar en el centro de cualquier esfuerzo por la paz. Es nuestro deber colectivo capacitar a los alumnos de todas las edades para deconstruir el discurso del odio y sentar las bases de sociedades integradoras, democráticas y respetuosas de los derechos humanos. Para lograrlo, necesitamos formar y apoyar mejor a los docentes que están en primera línea para superar este fenómeno.”

Desde Fundación SOYCOMOTU, sabemos que el discurso del odio alimenta los prejuicios y la discriminación normalizando la violencia que, en muchas ocasiones, se focaliza en gran parte del alumnado con algún tipo de diversidad. Este acoso y violencia escolar deja secuelas que se adentran y marcan a las personas hasta su adultez, teniendo que recibir tratamiento psicológico y psicofarmacológico por presentar ansiedad, depresión o trastorno por estrés post-traumático, entre otros posibles diagnósticos.  Además, está elevando las tasas de suicidio en población infanto-juvenil. En 2022 se suicidaron 75 niños, niñas y adolescentes en España, muertes no naturales que se podrían haber evitado si desde la infancia se nos enseñase a reconocer cuando uno se encuentra mal y a pedir ayuda sin miedo ni vergüenza. A día de hoy, primera causa de muerte no natural de los 15 a 29 años con un aumento del 250% de los intentos de suicidio en este período y rango de edad.*

En este día, la UNESCO insta a sus Estados Miembros a dar prioridad a la educación como herramienta para promover sociedades que valoren la dignidad humana y la paz y desde la Fundación queremos continuar con nuestra misión de luchar contra el estigma para facilitar una sociedad más inclusiva en la que todos, tengan o no algún tipo de diversidad en salud mental (esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión, ansiedad, trastorno límite de la personalidad) y/o neurodiversidad (Autismo, TDAH), puedan tener voz y protagonismo, puedan acceder a derechos fundamentales como la educación y la cultura, el trabajo, la vivienda, la justicia, participando en actividades comunitarias como personas ciudadanas de pleno derecho.

Nuestra propuesta para deconstruir el discurso del odio es incluir en el currículo escolar de niños, adolescentes y jóvenes una asignatura obligatoria sobre sensibilización y alfabetización en salud mental. Por un lado, el aprendizaje vivencial de lo que supone sentirse foco de ese tipo de discursos ya sea por tu orientación sexual, tu identidad de género, tu país de origen, tu condición de salud física o mental, puede conseguir en el alumnado un aumento en sus niveles de empatía y actitudes prosociales hacia los que pueden encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad (económica, de salud, social). Por otro, aprender las señales para detectar cuando un compañero o uno mismo puede necesitar ayuda psicológica, contar con un kit de herramientas de primeros auxilios psicológicos, saber comunicarse de forma asertiva y saludable, comprender la utilidad de todas las emociones y cómo gestionarlas de manera saludable, hará posible la prevención de problemas de salud mental y su detección, diagnóstico y tratamiento temprano.

 

Y para finalizar este post, recordar que la nueva Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026 presta especial atención a la salud mental de la infancia y la adolescencia priorizando un modelo de atención integral, con especial énfasis en la prevención y la detección precoz. Afirma que la atención a la salud mental en la etapa de la infancia y la adolescencia representa una prioridad para todos los agentes sociales y marca como uno de sus objetivos, promover la protección y accesibilidad al apoyo de la salud mental en el ámbito educativo. Esperemos que desde todos los gobiernos se conceda la importancia y los presupuestos económicos necesarios para poner en marcha programas que cubran los objetivos marcados tanto por esta Estrategia Nacional como por la Organización Mundial de la Salud.

*Datos Observatorio del Suicidio en España

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